Traducido por El Centro
Maria Leon se sienta en el asiento del conductor de un Lincoln Town Car color dorado claro de 1989 que ella le regaló a su esposo hace dos años. Habiendo crecido en Raleigh, Salvador León había mencionado a Maria cómo quería arreglar un coche propio para comenzar a hacer lowriding.
El lowriding (o bajito y suavecito) es una cultura de automóviles, importante dentro de la cultura mexico-estadounidense, que consiste en personalizar autos con hidráulicos para hacerlos subir y bajar. Para los espectadores, esto podría parecer interesante, pero para María esto es un estilo de vida. María es miembro del Club de Autos Lowyalty, el club de lowriders del condado de Alamance.
Maria y Salvador tienen cuatro hijos en común. Cuando se trata de la tarea diaria de llevar y recoger a sus hijos de la escuela, la única respuesta que recibe Maria es el Lincoln. A Maria le da risa solo pensar en la reacción de su hijo.
“Para dejarlo, para recogerlo, él quiere que lo recojan en un lowrider”, dijo Maria.
A pesar de tener el Lincoln desde hace dos años, Maria y Salvador se unieron a Lowyalty hace un mes. Con cuatro hijos, Maria dijo que querían hacer algo divertido con los niños.
“Realmente hemos sentido que hemos sido apoyados en todos los aspectos, donde todos ayudan y donde nos sentimos muy bienvenidos”, dijo Maria.
Maria dijo que cada vez que un compañero de lowrider necesita ayuda para trabajar en su coche, otro miembro del club está dispuesto a intervenir y ayudar. Por ejemplo, uno de los miembros del club, Manuel Ambriz, ayudó a Salvador a arreglar su cojinete de la suspensión. Maria dijo que no lo hizo esperando una recompensa, sino porque sabe que Maria y Salvador harían lo mismo por él si necesitara ayuda en el futuro.
Ambriz tiene una placa de Zacatecas en su Cadillac Fleetwood verde de 1996. Para él, el color verde de su coche rinde homenaje a sus padres, que son de Zacatecas, México. Procedente de una familia de inmigrantes y de primera generación, Ambriz dijo que el trabajo duro y la familia son dos valores que le han inculcado. Él dijo que Lowyalty entiende eso.
Desde que se unió en 2023, Ambriz ha valorado cómo el presidente de Lowyalty, Oscar Flores, entiende que Ambriz — como él mismo dice — es — segun el — “primero el negocio, pendejadas depues”.
“Entonces, eso es algo que realmente llamó mi atención, fue que él entiende que si tengo una prioridad, esa es la que voy a seguir”, dijo Ambriz.
Ambriz dijo que siente que forma parte de la familia Lowyalty. Lowriding no ha solo acercado más a él con otros pilotos, sino también a su propia familia, incluyendo a su hija.
“Ella tiene solo siete años, pero le gusta”, dijo. “Ella dice, ‘Cuando crezca, quiero tener uno’”,
Flores dijo que su misión en Lowyalty, desde que asumió su presidencia hace tres años, ha sido derribar los estereotipos asociados con ser latino y lowriding.
Las leyes contra lowriding en California han existido desde los años 80 y se deben a un estereotipo falso de que los lowriders estaban asociados con la violencia de pandillas. No fue hasta octubre de 2023 que California aprobó un proyecto de ley que prohíbe la legislación anti-cruising. Sin embargo, los estereotipos siguen circulando, incluso en el condado de Alamance.
“Estamos tratando de demostrar que no somos personas malas o que vendemos drogas”, dijo Flores. “Todos nuestros miembros trabajan duro, trabajan todos los días y hacen sacrificios para tener los autos que tenemos”.
Para combatir los estereotipos falsos, Flores realiza más actividades de alcance comunitario. En agosto, Lowyalty participó en un evento de “regreso a clases en cruising” en High Point, donde exhibieron sus autos a la comunidad local para recolectar donaciones de útiles escolares.
Actualmente, Flores conduce una camioneta lowrider Chevrolet 3100 de 1952 en rosa y púrpura, a la que llamó “Sexycana”, en la que ha invertido un total de 50,000 dólares. En la parte trasera de la camioneta vintage hay una placa con “Lowyalty”. Sexycana es para su hija, que actualmente asiste a la universidad en Appalachian State, así que mientras tanto, ella da una vuelta con él. Flores ha sido presidente durante tres años, pero miembro desde hace 17 años, diciendo que su esposa y sus hijos han sido su apoyo durante toda su carrera en el lowriding. Él dice que el lowriding es su vida.
“Nos enfocamos en el lowriding, pero también somos una familia”, dijo Flores.
El miembro novato del club de autos Marco Aguilar dijo que los lowriders no son personas malas. Él dice que solo salen a pasear para divertirse. Aguilar conduce un Oldsmobile Cutlass Supreme azul de 1997 con rayas rosas. Añadió las rayas rosas a su auto para sus dos hijas. Aguilar creció con el cultura lowrider en Michoacán, México, y habla purépecha, un idioma nativo de Michoacán. A pesar de emigrar a Estados Unidos, tener que aprender inglés y luego español, cuando se sube al auto, dice que se siente como “el paraíso”.
“Es una buena sensación”, dijo Aguilar. “La buena sensación que todos compartimos”.
Para estos lowriders, cruising no es solo un pasatiempo, sino una forma de vida. En junio, Lowyalty celebró su 20° aniversario. Flores dijo que no tiene planes de terminar su mandato como presidente aquí.
“Continuaremos siendo un club que representa a Carolina del Norte donde sea que vayamos”, dijo Flores.

