Traducido por El Centro
Mariana Reding, estudiante de tercer año, lleva la palabra “fly” escrita en el interior de su zapato, un guiño a los consejos que su padre le daba en casa durante sus partidos. Dijo que jugar al tenis a menudo le recuerda su herencia cultural y a su familia.
“Mi papá siempre me decía: ‘¡Fly, Mar, fly!’ durante los partidos”, dijo Reding.
También contó que le encanta cuando las personas van a ver sus partidos, porque la hace sentirse más apoyada y conectada con la cultura mexicana. En México, dijo, la gente es muy entusiasta: siempre están preguntando a su familia, “¿Cómo va el marcador? ¿Dónde puedo verla jugar?”
Para Reding, el tenis es una forma de mantener ese lazo con sus raíces culturales. Ahora que ha tenido la oportunidad de conocer y convivir con personas de distintas culturas, siente que eso la está ayudando a comprender mejor el mundo que la rodea.
Reding llegó a la Universidad de Elon proveniente de una escuela más pequeña en México.
Elegir Elon no fue una decisión complicada para ella. Ya tenía cierta familiaridad con la universidad gracias a su hermana, Lizette Reding ’24, quien fue una influencia clave en su decisión. Mariana Reding le pidió a su hermana que no le contara mucho sobre la experiencia universitaria en Elon. Quería descubrirlo todo por sí misma.
“Al principio fue difícil, y gracias a Dios tenía a mi hermana”, dijo Reding. “Ella ya sabía a dónde ir para todo”.
Pero como a cualquier estudiante, le tomó tiempo adaptarse a la vida universitaria. Uno de los cambios más marcados fue el horario de comida en los Estados Unidos, muy diferente al de México.
“Definitivamente fue difícil”, dijo Reding. “Al principio, todo se siente distinto: por ejemplo, aquí cenan a las 6:30 de la noche, algo a lo que no estaba acostumbrada. Yo normalmente cenaba a las ocho”.
El horario no fue el único cambio. Reding tampoco estaba acostumbrada a estudiar en escuelas grandes.
“Nunca en mi vida había ido a una escuela grande”, dijo Reding. “La mía era muy chiquita, así que aquí en el campus de Elon me perdía”.
A pesar de las diferencias, dijo que la cultura en Elon le parece increíble. A veces, caminando por el campus, recibía elogios sobre sus zapatos, algo que la hacía sentir bienvenida.
Uno de los consejos más importantes que le dio su hermana fue mantener siempre su esencia y no perder su identidad.
Con el tiempo, Reding logró adaptarse a la vida en Estados Unidos, especialmente en lo social, y eso también se reflejó en su rendimiento dentro de la cancha.
Antes de llegar a Elon, Reding formaba parte de la Federación Internacional de Tenis (ITF), donde competía de manera individual en distintos países, con públicos internacionales. Le sorprendió gratamente la transición al estilo de juego de las universidades de División I en los Estados Unidos.
“Aquí aprendes a jugar en equipo, y eso me encanta. Me gusta saber que tengo a cuatro o cinco personas al lado apoyándome”, dijo Reding.
También cree que el hecho de haber jugado junto a su hermana —quien también fue parte del equipo hasta graduarse— la ayudó mucho en su preparación y entrenamientos.
“La verdad, estuvo bien al principio porque estaba con mi hermana. Fue divertido. Obviamente discutíamos, como siempre, durante los entrenamientos y también en competencia”, dijo Reding.
Ambas tuvieron estadísticas similares. Reding cerró su primer año con un récord de 15-7 en individuales, igual que su hermana. Además, tuvo una racha de tres victorias seguidas contra rivales clasificadas y un récord de 13-8 en dobles.
Como muchos atletas universitarios, Reding ha tenido que hacer ajustes, entrenar más y seguir desarrollando sus habilidades temporada tras temporada.
Uno de los aspectos en los que más tuvo que trabajar fue en desarrollar su juego en equipo, ya que en la ITF estaba acostumbrada a enfocarse solo en su rendimiento personal.
“Mi hermana siempre me decía: ‘Ya no estás jugando sola’. Tenía que aprender a trabajar en equipo, porque yo estaba muy enfocada en mi propia cancha”, dijo Reding.
Lo que más le gusta de su equipo es la energía que transmiten.
Eso, dijo, es parte del trabajo en equipo y del espíritu deportivo.
Gracias a esa mentalidad, en su segundo año logró un récord de 16-6 en individuales y 18-4 en dobles. Y para comenzar esta temporada, fue seleccionada al Primer Equipo All-CAA 2025 tanto en dobles como en individuales.
Reding también valora la diversidad cultural dentro del equipo. Hablan sobre sus vidas, culturas y hasta se enseñan palabras en otros idiomas. También hay compañeras asiáticas, y Reding ha estado aprendiendo frases en sus lenguas y hasta cocinando algunos platillos que espera llevar a casa.
Benjamin Berfield contribuyó a la elaboración de este reportaje.

